martes, 15 de marzo de 2016

cascadas de chuveje



Aproximadamente a 18 km partiendo de Pinal de Amoles hacia Jalpan, a mano derecha, empieza un camino de terracería que conduce a la entrada del parque natural donde se encuentra la Cascada Chuveje. Son aproximadamente 4 km. hasta este punto donde se paga una cuota de $20 por persona para entra a la zona. Desde este punto y siguiendo una vereda habrá que caminar aproximadamente 30 minutos para llegar a la hermosa cascada de 50 metros de altura. Dependiendo de la época del año la cascada y el río llevarán más o menos agua. En temporada de lluvia acercarse mucho a la cascada es casi imposible pues se corre el riesgo de terminar realmente empapado. En época de lluvias no se puede entrar al río pues lleva muchísima corriente.

El agua es fría, pero en esta zona ya no hay el clima de Pinal de Amoles. Esta es una zona más cálida, aunque si se piensa acampar siempre es bueno llevar ropa más abrigada para la noche.

Llegamos a la entrada del predio que confina la cascada de Chuveje para iniciar nuestro recorrido. Después de pagar una cuota moderada, que ayuda a mantener el lugar muy limpio y que brinda algunos servicios básicos como sanitarios, iniciamos nuestra caminata de apenas 30 minutos de duración.

El sendero es estrecho, enmarcado, a modo de bienvenida, por dos enormes montañas tupidas de un verde radiante y un cielo escarlata. Entre laderas de exuberante vegetación se llega a la cascada. En tiempo de secas es un delicioso velo blanco que apenas desliza sobre la roca para vaciar sus aguas en una refrescante poza azul turquesa, pero en temporada de lluvias se transforma en un monstruo vertiginoso que azota sus aguas en la misma poza, pero ahora color chocolate.
El río que la cascada alimenta traza parajes de ensueño a lo largo del camino. Es un lugar encantador, fresco, verde por doquier, ideal para una buena zambullida y pasar un día de gran esparcimiento.

Chueveje y El Salto son sos dignos representantes de las maravillas acuáticas de la Sierra Gorda queretana que deben ser visitados con gran respeto y responsabilidad debido a la fragilidad del ecosistema y la escasa infraestructura turística.


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